Un poco de mi historia personal... 

Naci en Lima, la capital de Perú y ciudad con 11 millones de habitantes. A los 22 años me gradué y licencié como Psicóloga en la especialidad clínica. Trabajé durante casi una década en el área de Recursos Humanos para diversas empresas, especializándome en reclutamiento y selección de personal. Por motivos familiares decidí ir a vivir a un pueblo en los Andes peruanos, donde me dediqué a mi familia y a explorar la psicología social ayudando como voluntaria en algunos proyectos sociales. En el 2014 ya con 36 años de edad me mudé con mi esposo (alemán) y mis dos hijos a una pequeña ciudad en Oberfranken, Baviera. Como la mayoría de migrantes tuve que pasar aquí por la experiencia de aprender el idioma en un curso de integración y luego un curso de alemán intermedio (B2). Posteriormente realicé un curso de actualización de 8 meses para profesionales extranjeros y antes de (re)insertarme laboralmente hice un año de voluntariado en el área de integración de una institución social.

Cuando me preguntan si me siento "integrada" en Alemania, la respuesta que viene automáticamente a mi cabeza es "sí". Y soy conciente que ello se debe en gran parte al hecho de haber conseguido una estabilidad laboral y sentirme realizada profesionalmente en este país. Un poco de suerte pero también bastante esfuerzo (sudor y lágrimas) han sido fundamentales. 
Amo viajar para conocer otras culturas y paisajes, leer thrillers psicológicos, aprender en cursos de capacitación, pasar tiempo con mis amigas (solo entre mujeres) y tejer a crochet. Curiosamente este último hobby  lo aprendí cuando habiendo llegado a a Alemania, tuve que esperar 10 meses para empezar el curso de integración, con mis hijios en la escuela, mi esposo en el trabajo y yo sin conocer a alguien en un pueblo en el campo con menos de mil personas. ¡Tenía que ocupar mi tiempo de manera productiva! 

Estando en mi nuevo hogar empecé a (re)descubrir mis raíces, (re)valorar muchos aspectos de mi cultura y construir esta identidad de migrante, el "no soy de aquí ni soy de allá" . Extrañar (mucho) es parte de esta vida que escogimos los que decidimos migrar. El sentimiento puede ser doloroso y frustrante pero también puede enseñarte a valorar la experiencia de vida de una forma distina.